El barquito de papel

Todo empezó cuando observé un zapato “LA Gear” tirado en el caño. El ingente que lo lucía ya había abandonado el lugar.
El zapato tendrá que lidiar ahora con todos sus demás compañeros de “casa”.

¿Y si hago un barquito de papel? Lo confeccionaría, para que un día de tremendo torrencial lo pueda yo colocar a favor de corriente y verlo flotar feliz hasta la próxima alcantarilla capitalina.

Sin embargo luego de conocer a don “LA Gear”, y empezar durante mi trayecto a curiosear a sus vecinos de caño, noté que mi barquito no viajaría más de un metro antes de encallar con la basura.
Sería víctima de: algún zapato viejo, dos cartones redondos marca 3M que antes estaban rodeados de cinta adhesiva. Se las vería con una tapa de comida china, con una cola de tela y elástico.
Si sobrevive a esto, iría a dar contra 6 cajas medianas de cartón, o se enrollaría en la gran bolsa que está más adelante.
Si es afortunado y continúa en su travesía, el panorama no mejoraría. Un recipiente con algún tipo de comida le espera. Luego bailaría con la corriente de agua, una bolsa de botonetas, picaritas y algunas semillas de jocote.

Luego de 200 m. de inspección me cansé de mirar. Pero me traje este sentimiento de asco a la oficina.
¡Ya se porque nadie juega con barquitos de papel!