El tico es una puta con memoria fugaz

Si, en serio, el tico es del tipo de ramera más lamentable de todas. No lucra, se deja meter lo que sea en cualquier momento y no hace nada al respecto. Se queja un poquito, si es que “chima”, pero al ratito se le pasa.

La selección tica viene haciendo sus peores partidos, y resulta que saca un engañoso triunfo frente a Panamá, y la gente ya olvidó el horror de equipo patrio. El Ricardo Saprissa lucirá lleno mañana miércoles. ¡Las entradas ya se vendieron! La fe, de buenas a primeras, está de vuelta.

Lo mismo ocurre con los políticos. Pacheco nos tiene el “dedo adentro” (perdón mi francés) desde hace cuatro años, y nadie ha hecho algo de importancia.
Finalmente se ve una apatía popular de frente a las próximas elecciones. Pero en cuanto tarde en arrancar, con viento en popa, la campaña electoral, el tico habrá nuevamente olvidado todo y seguirá a ese icono, a ese “líder” que esta vez si se acordará de sus promesas. Ese que esta vez si va a cumplir con todo. Apoyará a ese que nunca ha sido corrupto, a ese que nunca ha dicho una mala palabra en su vida, ese mismo que nació en el campo, y es humilde como todos nosotros. Ese que ha surgido y ha venido trabajando “desde abajo”.

Por eso digo, el tico es una puta que a pesar de los azotes, hace un berrinche y “trompitas”, y que apenas se le acercan al oído con miel en la lengua, vuelve a abrir las piernas esperando que esta vez todo sea diferente.
Y luego vuelve a los azotes, los berrinches, las trompas, la miel, las piernas y los azotes.